¡Hola! En esta entrada aprenderás a identificar los diferentes signos del dolor en perros, desde los más comunes hasta los que pueden pasar más desapercibidos.
¡Esperemos que te guste y aprendas un montón!
Signos de dolor en perros
Aunque los perros no puedan hablar, tienen mil maneras de expresarse. Tanto es así que incluso son capaces de decirnos que sienten dolor y que nos necesitan con sus acciones y comportamientos.
Aquí es cuando entramos nosotros, los cuidadores, como encargados de identificar estas señales y actuar cuanto antes para conseguir proporcionarle este alivio tan necesario.
Antes de introducirnos en materia sobre cómo podemos detectar que nuestro perro siente dolor, debemos saber qué significa exactamente la palabra “dolor”: La Organización Mundial de la Salud lo define como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial o descrita en los términos de dicha lesión.
En otras palabras, es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien.
Cuando esto pasa, los mecanismos de homeostasis, los encargados de mantener el equilibrio del cuerpo se activan, y provocan una serie de alteraciones fisiológicas en nuestros compañeros que se traducen en los signos que ellos expresan y nosotros debemos saber reconocer.
Como interpretar el dolor:
¿Tienes un perro y quieres cuidarlo de la mejor manera posible? Te enseñamos a reconocer los signos y síntomas más comunes del dolor en perros.
Cambios de conducta
Este apartado es quizás el más completo, pero a la vez el más difícil de conocer e interpretar.
Estos cambios de conducta pueden ser muy claros, como por ejemplo ver al animal cojeando, más apático o sin ganas de moverse, más callado de lo habitual o, al contrario, mucho más ladrador y demandante de atención
Pero también pueden ser muy sutiles y que nos supongan un gran interrogante, como por ejemplo, que empiece a desarrollar conductas agresivas hacia los miembros de la familia, que rechace el contacto humano en general o lleve a cabo conductas repetitivas (como lamerse las patitas, dar vueltas sobre sí mismo…)
Todos estos pequeños cambios pueden ser significativos de que algo está pasando en nuestro animal, y es el momento de empezar a indagar de qué se trata.
Miedos o fobias
Puede ser que cosas a las que antes no le prestaba especial atención, pasen ahora a producirle ansiedad, estrés o miedo. Esto sucede porque su sistema nervioso empieza a estar sensibilizado debido al mismo dolor, que cualquier cambio, por mínimo que sea, le resulta más difícil de gestionar emocionalmente. Es por esto que podemos ver que cosas a las que antes no le hacía caso (un ruido, un movimiento, un objeto de la casa…) ahora le produce miedo.
Micciones o defecaciones inadecuadas
Un perro acostumbrado a hacer sus necesidades en la calle, rara vez las hará dentro de casa, a no ser que no se pueda aguantar porque ha pasado muchas horas en salir, porque tiene una urgencia, o porque es su forma de comunicarnos que algo no va bien.
Esta es, quizás, la señal que más nos llama la atención y por la que más nos preocupamos como cuidadores. ¡Debemos estar bien atentos!
Alteraciones del sueño
Sobre todo, cuando el dolor es muy intenso, podemos notar al animal nervioso, inquieto, lloriqueando o queriendo llamar nuestra atención. Muchas veces pasa por la noche, el animal tiene sueños interrumpidos, deambula por casa y no sabe en qué posición ponerse para dormir porque se siente mal.
Además, es normal que el animal sienta más dolor por la noche, cuando todos los estímulos disminuyen y es el momento para relajarse después de haber estado todo el día más activo.
Cambios en su alimentación
En esto nos parecemos mucho a ellos. Cuando tenemos dolor, no nos apetece comer. Ya sea porque la causa primaria del malestar le reduzca el dolor, o porque moverse hacia donde está la comida sea lo que le molesta. Sea por el motivo que sea, una alteración en la alimentación de un animal que de normal come con apetito y con ganas, puede ser indicativo de que algo está pasando.
Cambios en su nivel de actividad
Normalmente, un perro es un animal activo, animado, que te persigue por la casa cuando te mueves o se te pone encima pidiendo contacto cuando te sientas en el sofá.
Una conducta de aislamiento o disminución de la actividad física puede ser otro de los indicativos que nos pueden sugerir a los cuidadores que algo no está bien: probablemente se trate de síntomas de dolor que nuestro perro nos está manifestando y no debemos pasar por alto.
Implicaciones emocionales del dolor
Como hemos visto, El dolor repercute de forma muy negativa sobre las funciones del animal, alterando su calidad de vida, que se traduce en graves repercusiones a nivel psicológico y emocional.
Conclusión
Ya hemos visto que son muchas las implicaciones clínicas del dolor y los signos y síntomas que puede presentar un animal.
Como siempre decimos, ¡cada animal es un mundo! Y, muchas veces, aunque lo intentemos con todas nuestras fuerzas, saber qué le está pasando se escapa de nuestras manos.
Siempre que sospechemos de que nuestro fiel compañero puede estar sufriendo dolor o alguna enfermedad, lo mejor es acudir al veterinario para diagnosticarlo y encontrar las mejores formas de tratarlo.
No dudes en contactarnos si tienes alguna duda o si tu compañero peludo nos necesita.