Me gustaría hablaros de la mala y la buena suerte de Pingui. Este gatito con un mes de vida, ya ha sufrido más que muchos. A su corta edad ha sido abandonado y disparado con un arma de aire comprimido.

No sé qué pensar, no sé si fue disparado como si se tratase de un patito de feria o si alguien quiso conscientemente acabar con su vida por un problema de sobrepoblación de gatitos en el patio de su casa. Sea como fuera, los motivos siguen siendo muy desagradables.

Dejando a un lado los retorcidos actos de esa “persona”, aquí os presento a un gato amable, cariñoso y con mucha fuerza de voluntad, Pingui.

Sí, tuvo mala suerte, se cruzó con una “persona” armada y sin corazón, pero también tuvo buena suerte. Buena suerte porque una persona, esta vez sin comillas, lo recogió de los alrededores de un contenedor y lo llevó a su veterinaria de confianza. Buena suerte porque cayó en las manos de veterinarias que creyeron en su recuperación y apostaron por él. Y buena suerte porque otra persona lo va a adoptar pese a su problema de movilidad y a su incontinencia urinaria y fecal.

A continuación, os dejo varios artículos de prensa que denuncian la situación sufrida.

 

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