Un/a veterinario/a, ¿nace o se hace? Bien, pues en mi caso, creo que ya nací siendo veterinaria. Desde antes de conocer el propio significado de la palabra, ya decía a mi familia que de mayor iba a ser médico de animales. Recuerdo cómo exploraba a mi perro cuando mi querida abuela me regaló un maletín con un fonendo de plástico y un termómetro. Gracias a mi precoz vocación, me gané algún que otro mordisquito. Cicatrices que aún ahora me acompañan.
Tras acabar la carrera de veterinaria en Valencia, tuve la suerte de ser escogida para formar parte del grupo de residentes del Hospital Clínico Veterinario de la Complutese de Madrid, donde me formé en varias displicinas durante 3 años. Ninguna de ellas, me apasionaba locamente.
Fue entonces cuando, gracias a la instrucción de una compañera veterinaria y acupuntora, tomé la decisión de especializarme en acupuntura veterinaria (CVA- Certified Veterinary Acupuncturist) en el Chi Institute of Europe. Cuando alguien me pregunta porqué estudié acupuntura, la respuesta es bien sencilla. Porque quiero ayudar a aquellos animales que ya no tienen mejora con la medicina veterinaria occidental. La acupuntura y la medicina veterinaria tradicional china abre un nuevo abanico de tratamientos.
El mismo año, 2012, también comencé la especialización de rehabilitadora (CCRP- CertifiedCanine Rehabilitation Practioner) con la University of Tennessee.
Desde entonces hasta 2017 combiné mi oficio de veterinaria clínica con ambas especializaciones pasando por varias ciudades y varias clínicas donde aumentaba mis conocimientos en estas materias.
A partir del 2017 decidí dedicarme exclusivamente a la rehabilitación y acupuntura. Primero a domicilios y años después en el Centro de Referencia RAA – Rehabilitación y Acupuntura Animal, situado en Lleida, como ya conocéis.
Ilusión, innovación, calidad y cercanía son algunas características presentes dentro de este centro, siempre acompañados del espíritu por mejorar la atención hacia nuestras queridas mascotas.
Espero conoceros pronto!
Andrea